Hace unos años, las impresoras 3D eran la promesa de futuro a nuestro alcance. Ahora, aunque no es que haya una en cada casa, la compra es bastante sencilla aunque el precio todavía sea elevado. Este año, es la realidad virtual lo que parece que después de muchas promesas se va a hacer realidad.
El modo más sencillo de disfrutar de la realidad virtual es usando un teléfono móvil y un poco de cartón, en concreto alguno de los modelos de Google Cardboard
que podemos encontrar en el mercado. La verdad es que parece mentira las sensaciones que se pueden conseguir con un sistema tan simple. Por poco más hay sistemas un poco más cómodos
que evitan tener que estar cogiendo el dispositivo todo el rato, como el que ha desarrollado Samsung
para sus teléfonos. El gran culpable de este resurgir (aparentemente definitivo) de la realidad virtual, Oculus, ya ha anunciado su último modelo para el primer trimestre de 2016.
Las aplicaciones de ocio están claras, pero igual de interesantes son las posibilidades de estos dispositivos en otras materias son variadas:
La formación es uno de de los ejemplos más claros. El CIS Galicia lleva varios años desarrollando diversas iniciativas basándose en realidad virtual y realidad aumentada, con usos para formación, planes de emergencia, diseño, etc., muchos de ellos orientados al sector naval. El CIS Galicia también ha trabajado en iniciativas de estimulación cognitiva para enfermos de Alzheimer y creen que puede convertirse en una herramienta útil para aplicar como terapia. No son los únicos trabajando en las aplicaciones terapéuticas, ya que también la española Psious está trabajando en tratamiento de fobias, ansiedad y relajación.
La formación por medio de realidad virtual no es únicamente para aspectos técnicos, sino también sanitarios como muestra este otro ejemplo de formación en el Gregorio Marañon para entrenar al personal sanitario sobre cómo ponerse y quitarse el traje de protección para evitar contagios de Ébola, o la formación del personal de enfermería en quirófanos.
Este tipo de usos orientados a la prevención de riesgos y seguridad son en los que se centra esta empresa vasca, que usa tecnología de videojuegos para realizar simulaciones tanto en solitario como de coordinación de varios usuarios. Este tipo de aplicaciones industriales, orientadas a minimizar riesgos y conseguir que los operarios hayan practicado en trabajos o en situaciones de emergencia antes de hacerlos en la realidad, pueden ser de gran interés para muchos sectores.
La publicidad es otro sector en el que conseguir trasladar la experiencia es muy importante, por lo que ya hay agencias especializadas en este tipo de contenidos, que aprovechan las capacidades inmersivas de esta tecnología.
La arquitectura virtual es otra aplicación de esta tecnología, en la que la realidad virtual es útil, no sólo para mostrar un resultado, sino para poder detectar fallos de diseño antes de la construcción.